Nuestro amigo Manuel nos remite esta interesante colaboración
Manuel S. Tena. AF(RH) |
Por
Manuel Sánchez Tena
Alférez
de Fragata Reservista Honorífico y Voluntario Cultural del Museo Naval
Isaac
Peral y Caballero (Cartagena, 1 de junio de 1851 - Berlín, 22 de mayo de 1895) fue un científico, marino y militar español,
Teniente de Navío de la Real Armada e inventor del torpedero
submarino, conocido como el Submarino de
Peral
En 1885, tras la
denominada crisis de las Carolinas, en la que Alemania intentó
arrebatar este archipiélago a España, Isaac Peral se consideró en la obligación
de comunicar a sus superiores que había resuelto definitivamente el reto de la
navegación submarina. Tras un riguroso análisis de su proyecto por los más
cualificados científicos de la mencionada Escuela de Ampliación, éstos dieron
su aprobación para que fuese trasladado al entonces ministro de Marina, Almirante Pezuela, quien recibió el
proyecto con caluroso entusiasmo. Por desgracia, los sucesivos ministros que le
sucedieron, demostraron indiferencia o abierta hostilidad (Almirantes Rodríguez
de Arias y Beránger).
Pese
a todo y gracias al apoyo de la Reina Regente D. ª María Cristina, el 7 de
octubre de 1887 se da la orden de construcción del submarino en el Arsenal de
la Carraca (Cádiz)
El
submarino fue finalmente botado el 8 de
septiembre de 1888.
El
buque medía 22 m de eslora, 2,76 m de puntal, 2,87 m de manga y desplazaba 77 TN
en superficie y 85 TN en inmersión. El casco era
completamente de acero La propulsión se obtenía de dos motores
eléctricos de 30 caballos cada uno; la energía la suministraba una batería de
613 elementos. La velocidad máxima en inmersión
era de seis nudos. Incorporaba además un tubo lanzatorpedos, tres
torpedos Schwartzcopff alemanes, periscopio,
un sofisticado "aparato de profundidades", que permitía al submarino
navegar en inmersión a la cota de profundidad deseada por su comandante y
mantener el trimado del buque en todo momento, incluso tras el lanzamiento de
los torpedos. Y todos los mecanismos necesarios para navegar en inmersión hacia
el rumbo prefijado.
Una
de las pruebas consistió en el simulacro de ataque al crucero Cristóbal
Colón, de 1.150 toneladas que se realizó el 7 de junio de 1890. Durante una de
las inmersiones se produce una avería en una de las válvulas y el submarino
comienza a inundarse. Al emerger se comprueba que la válvula ha sido saboteada
por uno de los tripulantes, se repara y continúa la prueba (llevando a bordo al
saboteador, ya descubierto). La torreta óptica del submarino fue avistada a
menos de 1.000 m de distancia por el crucero, dándose la maniobra por fracasada.
Este hecho levantó las protestas de Isaac Peral al considerar que, los 200
invitados a bordo del crucero estaban advertidos de la acción que iban a
presenciar, anulando el efecto sorpresa que existiría en una situación real de
combate. Sin embargo, la prensa celebró el evento, alabando a Peral y su
invento
Conviene
resaltar que no se le concedió permiso para efectuar la prueba clave y más
elocuente que había solicitado el propio inventor: atravesar sumergido el
estrecho de Gibraltar, desde Algeciras hasta Ceuta. A pesar de lo cual,
demostró en las pruebas que se verificaron que podía navegar en inmersión a la
voluntad de su comandante, con el destino, rumbo y cota predefinidas y en mar
abierto. Además, demostró que podía atacar, sin ser visto, a cualquier buque de
superficie. La Comisión Técnica nombrada al efecto avaló el éxito de las
pruebas del primer submarino de la historia. Sin embargo, oscuros intereses
nunca aclarados motivaron que las autoridades del momento desecharan el invento
y alentaran una campaña de desprestigio y vilipendio contra la persona del
inventor, al cual no le quedó más remedio que solicitar la baja en la Marina e
intentar aclarar a la opinión pública la verdad de lo sucedido.
El 5 de
noviembre de 1891 se licencia del servicio y es operado de cáncer en Madrid, pero se
le impide publicar su "Manifiesto" en ningún medio de comunicación.
Finalmente, consiguió publicarlo, costeándoselo de su bolsillo, en un periódico
satírico llamado "El Matute".
Dedicado
a la vida civil, consiguió fundar varias empresas con éxito, relacionadas con
su especialidad: el aprovechamiento de la energía eléctrica.
El
4 de mayo de 1895, Peral se traslada a Berlín para
ser operado de cáncer, pero un descuido en las curas le produce una meningitis
que acaba con su vida el 22 de mayo. El 11 de noviembre de 1911 es exhumado
para trasladar sus restos mortales a Cartagena
El
casco del Peral permaneció en el Arsenal de la Carraca, vacío de dispositivos,
hasta 1928 que, por iniciativa del Almirante Mateo García de los Reyes, Jefe
del Arma Submarina, es trasladado a la Base de Submarinos de Cartagena. En
1965, el submarino fue regalado por la Armada al Ayuntamiento de Cartagena para
que sea expuesto a la vista de todos los cartageneros y las personas que
visiten la ciudad. También en la sala de
la Marina científica del siglo XIX del Museo Naval de Madrid existe una
reproducción del submarino de Isaac Peral.
El
pasado 15 de diciembre de 2012 el submarino de Isaac Peral ha sido trasladado
desde el muelle de Alfonso XII de Cartagena al Museo Naval de esta ciudad, para
evitar su deterioro por corrosión, puesto que estaba al aire libre junto al
Mediterráneo desde hacía 47 años.
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