lunes, 18 de febrero de 2013

Isaac Peral. La gran oportunidad perdida.


Nuestro amigo Manuel nos remite esta interesante colaboración

Manuel S. Tena.  AF(RH)


Isaac Peral. La gran oportunidad perdida para España
Por Manuel Sánchez Tena
Alférez de Fragata Reservista Honorífico y Voluntario Cultural del Museo Naval

           






Isaac Peral y Caballero (Cartagena1 de junio de 1851 - Berlín22 de mayo de 1895) fue un científicomarino y militar español, Teniente de Navío de la Real Armada e inventor del torpedero submarino, conocido como el Submarino de Peral

En 1885, tras la denominada crisis de las Carolinas, en la que Alemania intentó arrebatar este archipiélago a España, Isaac Peral se consideró en la obligación de comunicar a sus superiores que había resuelto definitivamente el reto de la navegación submarina. Tras un riguroso análisis de su proyecto por los más cualificados científicos de la mencionada Escuela de Ampliación, éstos dieron su aprobación para que fuese trasladado al entonces ministro de MarinaAlmirante Pezuela, quien recibió el proyecto con caluroso entusiasmo. Por desgracia, los sucesivos ministros que le sucedieron, demostraron indiferencia o abierta hostilidad (Almirantes Rodríguez de Arias y Beránger).

Pese a todo y gracias al apoyo de la Reina Regente D. ª María Cristina, el 7 de octubre de 1887 se da la orden de construcción del submarino en el Arsenal de la Carraca (Cádiz)

El submarino fue finalmente botado el 8 de septiembre de 1888.

El buque medía 22 m de eslora, 2,76 m de puntal, 2,87 m de manga y desplazaba 77 TN en superficie y 85 TN en inmersión. El casco era completamente de acero La propulsión se obtenía de dos motores eléctricos de 30 caballos cada uno; la energía la suministraba una batería de 613 elementos. La velocidad máxima en inmersión era de seis nudos. Incorporaba además un tubo lanzatorpedos, tres torpedos Schwartzcopff alemanes, periscopio, un sofisticado "aparato de profundidades", que permitía al submarino navegar en inmersión a la cota de profundidad deseada por su comandante y mantener el trimado del buque en todo momento, incluso tras el lanzamiento de los torpedos. Y todos los mecanismos necesarios para navegar en inmersión hacia el rumbo prefijado.

Las pruebas oficiales se desarrollaron a lo largo de 1889 y 1890.

Una de las pruebas consistió en el simulacro de ataque al crucero Cristóbal Colón, de 1.150 toneladas que se realizó el 7 de junio de 1890. Durante una de las inmersiones se produce una avería en una de las válvulas y el submarino comienza a inundarse. Al emerger se comprueba que la válvula ha sido saboteada por uno de los tripulantes, se repara y continúa la prueba (llevando a bordo al saboteador, ya descubierto). La torreta óptica del submarino fue avistada a menos de 1.000 m de distancia por el crucero, dándose la maniobra por fracasada. Este hecho levantó las protestas de Isaac Peral al considerar que, los 200 invitados a bordo del crucero estaban advertidos de la acción que iban a presenciar, anulando el efecto sorpresa que existiría en una situación real de combate. Sin embargo, la prensa celebró el evento, alabando a Peral y su invento

Conviene resaltar que no se le concedió permiso para efectuar la prueba clave y más elocuente que había solicitado el propio inventor: atravesar sumergido el estrecho de Gibraltar, desde Algeciras hasta Ceuta. A pesar de lo cual, demostró en las pruebas que se verificaron que podía navegar en inmersión a la voluntad de su comandante, con el destino, rumbo y cota predefinidas y en mar abierto. Además, demostró que podía atacar, sin ser visto, a cualquier buque de superficie. La Comisión Técnica nombrada al efecto avaló el éxito de las pruebas del primer submarino de la historia. Sin embargo, oscuros intereses nunca aclarados motivaron que las autoridades del momento desecharan el invento y alentaran una campaña de desprestigio y vilipendio contra la persona del inventor, al cual no le quedó más remedio que solicitar la baja en la Marina e intentar aclarar a la opinión pública la verdad de lo sucedido.

El 5 de noviembre de 1891 se licencia del servicio y es operado de cáncer en Madrid, pero se le impide publicar su "Manifiesto" en ningún medio de comunicación. Finalmente, consiguió publicarlo, costeándoselo de su bolsillo, en un periódico satírico llamado "El Matute".

Dedicado a la vida civil, consiguió fundar varias empresas con éxito, relacionadas con su especialidad: el aprovechamiento de la energía eléctrica.

El 4 de mayo de 1895, Peral se traslada a Berlín para ser operado de cáncer, pero un descuido en las curas le produce una meningitis que acaba con su vida el 22 de mayo. El 11 de noviembre de 1911 es exhumado para trasladar sus restos mortales a Cartagena

El casco del Peral permaneció en el Arsenal de la Carraca, vacío de dispositivos, hasta 1928 que, por iniciativa del Almirante Mateo García de los Reyes, Jefe del Arma Submarina, es trasladado a la Base de Submarinos de Cartagena. En 1965, el submarino fue regalado por la Armada al Ayuntamiento de Cartagena para que sea expuesto a la vista de todos los cartageneros y las personas que visiten la ciudad. También en la  sala de la Marina científica del siglo XIX del Museo Naval de Madrid existe una reproducción del submarino de Isaac Peral.

El pasado 15 de diciembre de 2012 el submarino de Isaac Peral ha sido trasladado desde el muelle de Alfonso XII de Cartagena al Museo Naval de esta ciudad, para evitar su deterioro por corrosión, puesto que estaba al aire libre junto al Mediterráneo desde hacía 47 años. 

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